Después de breves estancias en California, Missouri, Maryland y Syracuse, acumulando dinero en restaurantes chinos locales, se matriculó en el City College de la ciudad de Nueva York. Para llegar a fin de mes, combinó un horario de clases acelerado con más turnos agotadores en el restaurante, y más de una vez se quedó dormida en el metro después de la medianoche en el camino de regreso a su pequeña habitación alquilada en Brooklyn. Uno de sus momentos de mayor orgullo fue acercarse al Genius Bar desprevenido con una pila de ganancias arrugadas de cinco y diez dólares en un restaurante para comprar su primera computadora Apple. Su vida era dura, pero iba en la dirección correcta.

       En los años siguientes, tomó un camino más tradicional: graduación de la universidad, ciudadanía estadounidense, matrimonio con una estadounidense y maternidad. Su inglés mejoró, aunque, como muchos hablantes nativos de mandarín, todavía transpone "ella" y "él", y se ha transformado en una auténtica neoyorquina idiosincrásica. Lo que no ha cambiado es su pasión por el arte. Experimentos de Lirong en estilos representativos, expresionistas y abstractos. Pinta retratos, granjas y graneros, casas adosadas de Manhattan y paisajes urbanos de Shanghai. En el fondo, sigue siendo la chica de espíritu libre a la que le encanta dibujar.

Las pinturas que se muestran en este sitio no son la contribución final de Lirong. Buscadora y perfeccionista, siempre está enfocada en el próximo proyecto. Estamos orgullosos de ofrecer muestras impresas de sus espléndidas obras hasta el momento de su viaje artístico.